jueves, 22 de diciembre de 2011

El Poder de dar Gracias a Dios


Pasaje Biblico: 

Diez leprosos son limpiados 

Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.

Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez  hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: - Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!.

Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que, mientras iban, quedaron limpios.
Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies dándole gracias. Este era samaritano.  Jesús le preguntó: ¿No son diez los que han quedado limpios? Y los nueve, ¿dónde están?, ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

San Lucas 17:11-19 
1995


Explicación:

Eran 10 Leprosos, pero de los 9 leprosos que no volvieron a Jesús, seguramente dieron gracias a Dios. Pero no dieron la honra al hijo de Dios, Jesús dijo, yo soy el camino, la verdad y la vida. Juan 14:6

Ahora, ellos reconocieron a Jesús como sanador, solucionador de sus problemas, sabía que el podía hacer cualquier cosa, para él nada es imposible, ellos habían escuchado de Jesús, desde lo más profundo tenían una gran fe, tanto que cuando Jesús les dio la palabra, ellos obedecieron y fueron en fe, porque sabían que iban a ser sanados, ellos estaban desesperados, angustiados, y querían un milagro sobrenatural de Dios.

Entonces puedes tener fe para recibir milagro, pero no puedes tener fe para recibir salvación, porque la salvación es un acto voluntario, después que Dios te sana y te restaura, y estas bien, ahora viene la prueba de amor, que no todos pasan. Que es rendirte y dar la gloria al Señor. La biblia dice.- Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

"La gente tiene fe para ser sanada y buscan a Dios, pero no para recibir la salvación de su Alma." Kelen Rojas

Sí no estuvieran enfermos, sí no tendrían una necesidad, hubiesen creído tan sólo en él.. Más aún hubiesen heredado la salvación como el samaritano.

Para Dios no hay excepción de personas, este hombre era extranjero, Samaritano. Tal vez el no era el más adecuado y se sentiría mal por acercarse al maestro, pero el no miro su condición de su nacionalidad, el vio quién era Dios y Dios vio su corazón.

Aveces los herederos no reciben la promesa, porque no la aceptan, y sencillamente se ciegan, pero hay otros que aprovechamos las oportunidades para encontrar propósito en su vida.

Muchos tienen miedo de cambiar su estilo de vida. Porque piensa que extrañaran lo que hacían antes y tienen miedo de perderlo porque en su corazón sólo hay eso,... Es parte de su vida. Porque donde está nuestro tesoro allí está nuestro corazón, pero cuando decides encontrar el buen tesoro en el reino de los cielos, lo encuentras, lo debes cuidar, guardar, proteger y gozarte de los beneficios, que te ofrece sin necesidad de verlos. 

La gente vive por vista, y los que Creen en Dios viven por fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios, pero que tipo de Fe, hay que tener para agradar a Dios?

Porque los leprosos tuvieron fe? Y Dios los sano. Pero uno sólo tuvo fe de dar gracias y reconocer que Jesús era el Hijo de Dios y que él se merecía la adoración..

De está manera movió el corazón de Dios a misericordia. Y recibio la Salvación. Tú hoy puedes recibir la salvación también, si haces lo mismo que el Samaritano...

Si estas leyendo este mensaje no es por casualidad, estoy seguro que ahora mismo estas recordando todas las Bendiciones de Dios para tú vida, lo primero es tú propia vida, es el primer milagro de Dios para tí, por eso nada más por eso, poder ver y escuchar en el corazón estas palabras, debes dar Gracias al Dios viviente. 

Te invito a que hagas la siguiente oración que cambiará tú vida:

Señor Jesús, gracias por mi vida y todas las Bendiciones que me haz permitido tener, me arrepiento de todos mis pecados, limpiame con tú sangre, escribe mi nombre en el libro de la Vida y no lo borres jamás. 

Te abro la puerta de mi corazón, para que entrés y vivas para siempre. A partir de hoy, yo confieso que tú eres mi Señor y Salvador. Amén


Dios te Bendiga y cuentanos que te parecio esta palabra!!!

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